“Para que no te vayas te encierro entre palabras” Vicario

Perpetuo tu nombre innominado

tus pausas, tus misterios…

tus abandonos sin reclamo

tu esbozada sonrisa.

Perpetuo tus alas desdibujadas

en la intangible suela de un zapato

que deambula en silabas ensombrecidas

y un corazón que late entre paréntesis.

Perpetuo la búsqueda 

que ha viajado entre mis manos

en mi desconcierto

en el fondo azulino de cristal.

Perpetuo el oxigeno  respirado

surgido de tu otoñal niñez;

de tus juegos distantes

y del telar que teje

el frío de la noche. 

Laberinto

"Cancion hacia adentro" 

Julia de Burgos

Soy el instante de tus pupilas

maniobra inminente de tus ojos

emergencia en la que cobijo amor,

mi alma, desnudo traje.

Siento  una suave  brizna

que comienza a recorrer mi rostro,

 garganta que ahoga tu nombre

silenciado.

Esta confusión, viento salvaje

danza en mi pensamiento  sollozante

que se abriga en la ausencia

solamente de vos.

Invisible, 

intocado,

en una caja 

azul

perdido 

en mis palabras.

Incierto.

TU

Tu a quien  imagino...

Tu aroma es el paisaje

que habitas, respiras

piensas

 y dentro y fuera de el

TU.

No siempre es bueno imaginar, amor,

si la carne no ha vivido la experiencia 

de devorarnos la boca o derramar volcan
de blues y percusiones antiguas, como palabras.

Derramame en arbol tu presencia.

Cobijame en la  luna, en la oscuridad
de una taza mañanera
 desnuda y vacia.
Cobijame
en un piano, o en tus manos,
y en  ritmico estudio, cobijame.
Siento el rio, el ruido arrodillado
del sendero que caminas,
lento y concentrado
y tu aroma
que me habita respirandome
mientras te pienso.

No siempre es bueno imaginar, amor,

si estos huesos no vivieron la experiencia 

de devorarnos la boca.