Bienvenidos a mi blog

Me desnudo para ti, por ser también un adoquín del sendero que transito

domingo, agosto 29, 2010

RETIRO HONESTO



Pensándolo bien, me siento cansada

Son estas grietas cansadas de mi cuerpo
que ya no resisten la erosión, de tus andariegas manos,

ni el viento huracanado cuando besas,

como tormenta que arrecia,
los abismos de la luna.

Si bien, cada susurro es sol que vuelve savia la sabiduría de mis huesos,
siento el cansancio agotador de amar hasta los días náufragos de tus ojeras
y tu fracasado peregrinaje del sueño a la vigilia.

De cualquier forma, me siento cansada, agotada de amarte

entre los números romanos del reloj francés.

Tal vez, algún día, andes por ahí,

mientras viene el invierno, saboreando este otoño.

Tal vez, algún día, andes por ahí, mientras mis páginas inician,

un retiro honesto.

Del año 2004

martes, agosto 24, 2010

Los Amores Nacen

Los amores nacen en flores baldías de los desiertos.
Los amores suergen como surge el día sin pensar que debe de nacer, sin necesidad de madrugar, porque el día es suyo y nada lo detiene.
Los amores, esconden guiñadas , las hunden en sonrisas, en las plumas blancas de parques humedos por el sereno.
Los amores se van volando al cosmos, y revolotean caprichosos como niños maleducados, caprichosos y llenos de gemidos y suspiros que escapan sin permiso, evidenciando la soledad del desayuno.
Los amores se bañan en cafe y comen mediaslunas de labios pintados y se sientan en las sillas de las confiterias, o en una biblioteca, escondidos en un libro de blancas paginas y letras estilizadas.
Viven el hoy, por hoy y para ese hoy y jamás, oyeme bien, jamás piensan que pueden morir mañana.

viernes, agosto 20, 2010

Dentro de mí hay un enorme espacio, lleno de memorias insepultas y rocas asomadas tendidas en amplios abanicos. La noche riega a pedazos los momentos: noche terrestre, que transita encadenada y muda. Mientras la espero, integrando tu nombre al cosmos, para seguir de pie, para sumergir en el silencio tu llegada, sin que baste derramar una gota de rocío, sin perder el valor de la renuncia.
He olvidado el tiempo cuando lloraba, el tiempo en que reía, el tiempo en que veía al mundo borracho de luz, cuando lo profundo, era apenas un puñado de palabras en tus manos, y todo era tan simple y tan sencillo.
Me levanto: en este día que te brindo y te celebro aún ausente, en la profundidad de una pared llena de sentimientos fantasmas completamente lúcidos que escuchan una canción lejana.
No me repongo, no es tan fácil usar un péndulo y echarte a volar. No es tan fácil borrar con un buril tu engendrada imágen o este amor afanoso que flota en la atmósfera, que te enlaza a mi cuello y aun respira de tu aliento.

martes, agosto 17, 2010


Abracadabra
Abracadabra, pata de la cabra
choca tu derecho con el mío y brindemos
fuego incesante de nuestras razones.
Abradacabra te desapareces, en el jugo matinal de naranjas de otoño.
Abracadabra, te reconstruyes en un lodo anónimo, distancia ciega de tu senda a la mía
domesticando el azar desteñido de aturdimiento.
Abracadabra, hila la renunciante memoria, esculpe el autismo, riega los rincones con vacío
Abracadabra, abracadabra “envía tu fuego hasta el final”

lunes, agosto 16, 2010

No quiero verte sentado en un sillón,
mientras mengua tu sonrisa etérea
acariciando a veces, mi corazón con sed.
Imaginar tus manos sorprendiendo las mías,
eternamente y por siempre.
El tiempo es un lugar que nadie pasa a sabiendas
que sólo árboles ciegos, cruzan con nidos de otras muertes.
No quiero un amor fatigado de hambre,
de besos , de mañanas con ilusorios después
o adioses simulados , amarillos y frágiles como huesos sin sol.

domingo, agosto 15, 2010

Te extraño, mientras el tiempo teje el musgo que enguarida tu nombre. Extraño, detrás de esta densa pluma, este seguir esperando jardines en las piedras. Tus ventanas cerradas con dos sables, me exilian de saberte recostado a mi cadera, que flota en perfume de jazmines. A veces sueño que eres otro que llega a mi habitación con aire azul; otro universo tan antiguo como tú. Otro con un incienso en la mano y esa brillante oscuridad que ávida posada en la bata, me libera. Pero sé que me engaño, para no perderte en la memoria, que se siente endeble mientras el mundo se apaga.
Vuela el tiempo en los ojos cansados. Ya no hay espacio para el arrepentimiento que talle estrías como venas, no una sino mil veces y muchas veces sobre la misma huella.
Silba el viento sobre el pan y una ensalada que no comeré. Todo es tan oscuro y lejano que desmonta en mi cuello y seca su sudor. Las sombras se llenan de aromas de mercado y cervezas, se inflan como violoncelos que cuelgan de mi cabello y me alejan cada vez más, sin que pueda asirme de las puertas cerradas.
Pienso en tu máscara dulcemente sombría, que ya no presenta la elegante figura sobrecargada de cuentos increíbles, que como niña adormilada, esperaba ansiosa. Todo perdió valor. Se modificó el mensaje en el poderoso códice del jardín desnudo. El todo se hizo para siempre y el vacío también. Todo es una densa nada... Él y nada.

Para siempre.
Habíamos subido muy alto en el edificio de zancos. El mundo se hacía enano, mientras encerraba un atardecer cómplice que no precisábamos. En el refrigerador los quesos vestían trajes transparentes escondiendo su cremosa sal. Tu refugio: la cocina y el agua mineral que goteaba indiferente sobre el piso.
Seguía anocheciendo, mientras el silencio bebiendo de la pluma, se fue a dormir con la confesión muda de una juventud de algodón blanquecino.

sábado, agosto 14, 2010

Heme aquí tendida en el silencio,
aquí pretendiendo abolir
tu sombra, buscando recrearte
entre docenas de rostros inciertos
en biografías de personas que desconozco.

Heme aquí pretendiendo
que los años no han pasado, que somos los mismos
que jugamos en la mímica de húmedos sentimientos
como si brotaran flores perfumadas, en un desierto
lejanamente humano.
Heme aquí, unificándome
buscándote en el túnel de un nombre huérfano
con el jubilo del tonto, en agónica mudez.

Tendida en el silencio.
Frágil y extenso el caos,
el mar indemne
el cielo desvergonzado
abriendo sus piernas
al vacío.

El jardín, de un balcón
arañado por un sol que lo aprisiona
sobreviviendo a las lujuriosas horas de la noche
asistiendo, a esas horas.

Tu extenso y frágil
indemne
abriendo desvergonzadamente las piernas
al pozo de serpientes. Tu
arañado por un poder que te aprisiona
sobreviviente en las horas del día,
siendo otro, a esas horas.

Tú y el caos se parecen
como mis sueños innombrados
se parecen a ti, y al caos.
Sólo observa:
el tiempo de una vida
escondida en la ciudad de la aventura,
en el sonido tu aterido cuerpo
cobijada en el esplendor
de un fantasma que aún me respira.

viernes, agosto 13, 2010

Entre tu cuerpo y mi cuerpo
hay una ola sin huellas
temblando
dando otro nombre a la nostalgia.
“La oscuridad pone agua en las sombras,”
María Cinta Montagut

Si pudiera desvestir mi memoria de ti…
si pudiera ahogarla en una copa anónima
o echarla a navegar en la quilla de un navío
o convertirla en nada.
Si pudiera secar este temblor insobornable
este temblor enclavado que naufraga en mis piernas
secar esta boca pendiente de fantasmas
que decapita tu nombre,
que lo llena de despojos y me desnuda entre piedras
sobre el racimo helado, de papeles en blanco.

Si pudiera, desvestiría mi memoria, en tu lengua.
Museo de un hombre

Aquí yacen insepultas, las palabras del hombre cangrejo.
Palabras que día a día carcome el herrumbre, en sus zapatos color ratón.
Yacen, coleteando como bagres de orilla atravesadas por doce candados.
Hoy le queda poco.
Cada vez más vacía de letras, disueltas
en carruajes llenos de calabazas y encajes blancos, disueltas,
en la perfecta indecencia de besos humedecidos
en papeles acolchados.
Aquí yacen, sin morir
en la guarida
de mi sombra.

jueves, agosto 05, 2010

Caracol de otoño

Que deprimida clave guardará en su costra
qué secretos pinta de sepia diariamente
qué desgarro sufre cuando su larga baba
barniza las baldosas, o tal vez,
su cristalino fuego invite a la alegría
y su desdén, nos convierta en la piedra
que él observa y luego evita.
El silencio no tiene el hormigueo sospechoso
de tu ausencia
prisionera y gris. Diseñada
sin limites,
de puertas abiertas. Tan fría,
resoplando sin trazos al partir.
El azar traduce el otoño, sobre una toalla verde
con aroma de árboles de caos. Se encausa
un insomnio que aturde y sepulta.
Toco tu memoria inexistente
y nada me llevo al dormir.

miércoles, agosto 04, 2010


Uno inventa, siempre el presente
como hoja de árbol frágil, dolida,
apática.
Uno inventa el color de la brisa
plana
brillando en posición vertical
recuperando las lunas con espíritu de terciopelo.

Uno inventa hojas romas
de fuertes nervaduras,
escritas en el desvanecimiento
de un aleteo

Uno queda morada, cayendo,sobre ojos
sentados en hinchadas lomas de sal

desminuida, atrapada en tuneles vacíos
junto a desiertos llenos de fantasmas
y un perro sin dueño.


Fotografía de Juan Herrero

Imagino ser espora, un globulo
desnuda, evidente
en un tunel...
mensajeria secreta
que sabe el rumbo:
destinatario inubicable.

martes, agosto 03, 2010

Mover el amor.

Radiante agitada,
solitaria
reiniciando la vida en arbustos,
y violonchelos solemnes.

Ella fue todo lo que importa
es lo que importa.
Una vacuna, elixir contra el desdén.
Una pluma vaga y real.

Salida de panteras,
como comida rápida,
surge su masa al acecho
tapando el sol frio.

Ella estaba en mi y yo
la desconocia. Era
un murmullo en puntillas en la sangre.

Ella gritó el amor,
con un tinte bastante duro,
como mecánico liberado en el
complejo mecanismo de mi cuerpo.

Mi brazo chamuscado
paseaba con ella buscandote...


¿Qué hizo el amor con mis demonios?


El amor fue cazado,
mas no encontrado,
una vil empresa
para una cuerda sedosamente aspera.

Me engaño.

Sigo con mi mente en la guillotina
con mis bagatelas robando
en el parque del pasado
un instante en la banca,
al lado de la fuente
rodeada de girasoles norteños.

Me engaño, buscando el camino
de quien sabe
dónde está el sentido
como un vagon rojo,
como camada
de barcos aplastados y tristes
alargando su agonía
en un mapa incierto.
Imagino

En días pasados, hubo castillos en blanco
nada,
echados a su presa.

La mente libre de imaginar, con sombrero
aplastando la carne
riendo de los muertos frenéticamente.

Sonrisas que fueron resistidas
como las cabezas rodando por el suelo,
de baldosas grises.

Ella fue muy astuta
última de la primera presa,
pánico para una fiesta - engañosa.

Su pie abrasado, paseando por
veredas transversales
con su cuello en alto...
ella,
daba vueltas,
escalando cerveza o aguardiente,
desorbitada, aleteando inútilmente.

Aquí mismo, ahora mismo,
y para todas y todos:
ella sigue silente.