No quiero verte sentado en un sillón,
mientras mengua tu sonrisa etérea
acariciando a veces, mi corazón con sed.
Imaginar tus manos sorprendiendo las mías,
eternamente y por siempre.
El tiempo es un lugar que nadie pasa a sabiendas
que sólo árboles ciegos, cruzan con nidos de otras muertes.
No quiero un amor fatigado de hambre,
de besos , de mañanas con ilusorios después
o adioses simulados , amarillos y frágiles como huesos sin sol.
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