Serie: Amar es perjudicial para la salud
Divagues para un poemario
Pejudicial I
Consumo mis días en éste amor,
su humo me atrapa,
me envicia.
Todo tiene sabor a huella
a pasado
a una especie de encierro sepia.
Rompe el precinto.
Amame, amor
Perjudicial II
Espero la hora.
El reloj de arena corre siempre en contra...
La espera languidece en mis uñas
quema las fibras de los candados
de ventanas que ya no sonrien.
Espero... siempre espero, amor
Perjudicial III
Navegaba en tí sucumbiendo
en la profundidad de tus grises
dejándome ir en el respeto
caricias de lenguas,
sobre tu cuerpo brindadamente tenso.
Como el cordón de tus zapatillas
me ajustaba a tu espalda
o me pegada a tu vientre tibio y anfitrión
adhiriendome a tu geografía simple
abrazada en tus ramas de sauce.
Repetidas mil veces en la humanidad del instinto
nuestras bocas
fueron fotocopias
mordiendo besos.
Todo tenía un momento
su momento preciso.
Montada en ti
escalé con uñas y dientes
haciendo lunas
en tu hombría enardecida
cerrando los ojos para ver el gemido.
Después... sólo llanto.
Perjudicial IV
Hay dias que mi piel se cansa de extrañarte
de sentir el delinear
de la ultima vocal en mis senos
que mis uñas solitarias buscan
el espasmo final de tu espalda
corvandose
las rodillas clavadas en el lino
apretandome
hay dias que mi almohada
llora conmigo
gime a mi nuca llamandote
hay dias que solo pienso,
sin excitar siquiera mi cuerpo
que se cansa conmigo de extrañarte
hay dias que mis pies caminan auroras
sorbo de tu boca estrellas
sobre lágrimas secandose al sol.
3 de enero 2003